• Nombre completo/verdadero: Severo Ochoa de Albornoz
  • Fecha de nacimiento: 24 de Septiembre de 1905
  • Fecha de fallecimiento: 1 de Noviembre de 1993
  • Lugar de nacimiento: Luarca, Asturias, España.
  • Ocupación: Médico, biólogo y bioquímico (científico)

Severo Ochoa fue un investigador español, doctorado en Medicina y especializado en Bioquímica. Nació en Luarca, Asturias. Cuando apenas tenía siete años su padre falleció, fue entonces cuando su madre y él decidieron ir a vivir a Málaga. En 1912 Severo estudió en esta ciudad la enseñanza elemental y el bachillerato. Inspirado por los descubrimientos y publicaciones del reconocido neurólogo Santiago Ramón y Cajal, se interesó muy pronto por la biología, y más específicamente por el estudio del metabolismo energético. Severo Ochoa se trasladó a Madrid para poder estudiar medicina y una vez acabada en 1929, estudió cursos superiores para la obtención del doctorado, que no tardó en conseguir.  Pero Severo nunca llegó a desempeñar dicho oficio. En su estancia para estudiar en Madrid,  vivió en un residencia de estudiantes, donde conocería a artistas y eruditos como Salvador Dalí y García Lorca, conocidos en esa época.

Severo Ochoa fue ayudante del profesor de la Universidad de Madrid,  y se le concedieron becas para estudiar e investigar en el extranjero, estuvo en Glasgow, Berlín y Londres. Uno de los más importantes fue el insituto Kaiser Wilhelm en Heidelberg, en el se dedicó al estudio de la bioquímica y fisiología del músculo.

En 1931 regresó a Madrid  y se casó. Trabajó como ayudante de profesor hasta 1935 en la Universidad de Madrid. En esa fecha fue nombrado jefe de departamento de Fisiología de la Universidad de Madrid debido a sus destacadas investigaciones anteriores sobre enzimología.

Cuando estalló la guerra civil, Severo Ochoa decidió emigrar, en busca de mejores oportunidades. Fue profesor de Farmacología y bioquímica en Nueva York. Sus investigaciones se centraron en estudiar los mecanismos de carboxilación y descarbolixación, también analizó los mecanismos básicos que dirigen la síntesis de los ácidos nucleicos y desoxibirribonucleicos, y por primera vez, se desarrolló in vitro uno de los primeros pasos en el proceso de formación de sustancias fundamentales ligadas a la vida.

Por méritos como este, le fue otorgado el premio Meyer en 1954 y el Nobel de Medicina y Fisiología en 1959, este último premio fue compartido con su discípulo A. Kornberg.

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