Nombre Completo: Jose Maria Ruiz Mateos y Jiménez de Tejada.

Nacimiento: 11 de abril de 1931 (81 años) Rota, Cádiz, España.

Nacionalidad: Española.

Jose Maria Ruiz Mateos y Jiménez de Tejada, Marqués de Olivara, es un empresario español, accionista principal de Rumasa, Casado con Teresa Rivero tiene trece hijos, seis varones y siete mujeres.

Jose Maria Ruiz Mateos se graduó como profesor mercantil en la Escuela de Comercio de Jerez. Comenzó su carrera empresarial siendo muy joven, exportando vino a Inglaterra. Fundó, junto a sus hermanos, el holding Rumasa (230 empresas, 65 000 empleados). Pertenece por lí­nea materna al Ilustre Solar de Tejada, corporación nobiliaria más antigua del Reino de España.


El 23 de febrero de 1983 Rumasa fue expropiada por el gobierno español, alegando que había evitado pagos a Hacienda durante años por valor de millones, consideraba que Rumasa estaba en bancarrota y que sólo se mantenía a flote debido al amaño de los libros de contabilidad de la empresa. 
Ruiz-Mateos estuvo en desacuerdo con la expropiación, y demandó judicialmente al gobierno solicitando una indemnización (demanda que nunca ganó). Fue encarcelado tras ser condenado por evasión de divisas, fraude y apropiación indebida.
En mayo de 1989, Ruiz-Mateos propinó un puñetazo en la cabeza al que fuera Ministro de Hacienda en el momento de la expropiación, Miguel Boyer, a la salida del Juzgado de Instrucción número 7 de Madrid. 
Más tarde fundó , Nueva Rumasa, con 16 000 empleados.
El 17 de febrero de 2011, diez empresas de Nueva Rumasa (Clesa, Garvey, Hotasa, Dhul, Elgorriaga, Hibramer, Trapa, Carcesa, Quesería Menorquina y Rayo Vallecano) se acogieron al procedimiento especial concursal.

En el mes de enero de 2012 Ruiz Mateos, se queda sin pasaporte y con la obligación de personarse en el juzgado cada dos semanas por una acusación de supuesta estafa de 7,3 millones de euros, en la compra de dos hoteles en Mallorca. El 16 de febrero de 2012 según el informe de investigación en manos del juez de la Audiencia Nacional se concluye que la familia Ruiz-Mateos utilizaba el dinero de Nueva Rumasa para aportar capital a sus sociedades patrimoniales y mantener así su nivel de vida.


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